Los muñecos u objetos de apego son grandes aliados a la hora de dormir a nuestros chiquitos. Después de hacer una rutina de sueño relajante que puede consistir en un baño, masaje, pijama y cuentos, dejamos a nuestros hijos en sus camas o cunas y nos despedimos. Muchos nos llaman y lloran pidiendo que nos quedemos, y ahí es cuando les damos su muñeco u objeto de apego, lo abrazan y se van a dormir tranquilos. ¿Suena fácil verdad? Lo es, solo es cuestión de tiempo.
¿Cuál es el propósito de un muñeco u objeto de apego?
La idea de introducir un muñeco u objeto de apego es darle algo a los niños con lo que puedan sentirse tranquilos y seguros. Ya sea un peluche, cobija o cojín, este objeto será su compañía en la noche y en las siestas. Además de servir como compañía, los objetos de apego ayudan a los niños a hacer la transición entre dependencia total de los padres o cuidadores a independencia.
¿Cómo escoger un muñeco u objeto de apego?
A la hora de escoger el compañero de nuestros pequeños, es importante tener en cuenta varios factores. Primero la seguridad, cuando vayamos a seleccionar un objeto de apego debemos asegurarnos de que sea suave y que no tenga elementos que puedan soltarse fácilmente como botones o cuerdas. También debemos pensar en el tamaño del objeto, queremos buscar algo pequeño que no le tape toda la cara al niño y que sea fácil de agarrar. Por último, queremos ser prácticos, así que debemos buscar un muñeco u objeto que sea fácil de lavar.
¿A qué edad debería introducir el muñeco u objeto de apego?
Teniendo en cuenta los protocolos de seguridad que da la Asociación Americana de Pediatría, los niños pueden tener objetos dentro de la cuna a partir del primer año. Aunque muchos niños desarrollan el apego por un objeto a una edad temprana, la gran mayoría ya están listos para abrazar un objeto para su primer año.
Si tu hijo ya sabe girarse y sentarse por si solo entonces puedes estar tranquila de que el muñeco u objeto de seguridad no será un peligro para él.
Cómo introducir un muñeco u objeto de apego
Una vez decidas introducir un muñeco u objeto de apego, asegúrate de escogerlo bien y de tener en cuenta las recomendaciones mencionadas anteriormente. Luego póntelo dentro de la camiseta por un par de horas para que se impregne de tu olor. La idea es que cuando tu hijo lo abrace para dormir, sienta tu olor y de alguna forma te sienta cerca.
Además, puedes introducir este objeto a tu pequeño a la hora de hacer la rutina de sueño, puedes ponerle un nombre, jugar con él, involucrarlo en el baño, masaje, cuentos, y en la hora del tetero/pecho. Recuerda que este muñeco será el acompañante de tu chiquito, así que involúcralo lo que más puedas. Dale las “buenas noches” al señor conejo por ejemplo cuando te despidas de tu hijo y verás como poco a poco tu hijo empieza a tener un mayor apego por su muñeco.
Por último, puedes considerar comprar uno o dos muñecos extra para que puedas lavarlos fácilmente o para tenerlos de repuesto en caso de que se te pierda uno. Así podrás evitarte dolores de cabeza y estarás tranquila de que tu chiquito siempre tendrá a su mejor amigo.
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